viernes, 16 de noviembre de 2012

Ignacio Ramonet: de la implosión a la Explosión periodística.



“Hoy es el periodismo el que está degradado: mañana será la democracia”.



Ignacio Ramonet es uno de los intelectuales más importantes de nuestra época. Sus significativos aportes en los ámbitos de comunicación le han merecido ser catalogado por algunos como un “epistemólogo del oficio del periodismo y la comunicación”. Y es esa visión crítica a cerca del impacto  y los consecuentes efectos  que ha generado el proceso de la globalización en las diversas esferas que comprenden a la sociedad, lo que ha valido su reconocimiento en este campo. No en vano, ejerció por un periodo de 18 años (comprendidos desde 1990 hasta el 2008) como director de la publicación mensual de la revista de opinión francesa Le monde diplomatique.
Con base en esto, se puede inferir entonces que la conferencia ofrecida en la Universidad Central se estructuró a partir del tópico que articula el desarrollo del periodismo con la sociedad. En esta medida, fue relevante la destrucción de los axiomas de las Teorías clásicas de la comunicación y la lógica social que hacen pensar que, cuando se convive en un ambiente de represión, a la sociedad le es imposible manifestar sus pensamientos u opiniones puesto que esta sólo se encuentran en la posición de recibirlos. Condición que resulta falsa, ya que de acuerdo con Ramonet la sociedad cuenta con recursos no mediáticos (como el chiste y el rumor) que ejercen su labor en la defensa y/o protección de la sociedad, puesto que ningún gobierno esta/rá exentó de la representación que surge, “por medio de la inteligencia pública del pueblo, de lo absurdo y serio que es la represión”.
Asimismo, se puede entrever la ambigüedad que caracteriza a esta época, puesto que a pesar de que constantemente se esta ratificando que vivimos en un mundo sobreinformado, en donde “la información que recibimos parece libre y seria, en realidad no estamos bien informados. Y lo que esos dos fenómenos muestran es que estamos en un sistema de información que no satisface a la población. La ciudadanía esta convencida de que no se le dice toda la verdad”, razón por la cual, el impacto de la internet (en específico, las redes sociales) y las tecnologías de la comunicación se han convertido en la principal fuente de “rumorología” de los acontecimientos sociales.
Y esto último es de resaltar, ya que todas las tecnologías han impactado y modificado las prácticas de las profesiones vinculadas a la comunicación; han reformado sus formas de operar y relacionarse, situación que pone en evidencia como ahora el verdadero espacio para la labor periodística se encuentra es allí: en la nube. Circunstancia y cambio paradigmático que se debe sumar a la notable crisis financiera que afecta a la economía mundial, hecho que sin duda alguna repercute en los propietarios de los monopolios y, consecuentemente, en el progresivo declive que exhiben los medios tradicionales de la comunicación y algunos de sus géneros periodísticos (tales cómo el reportaje y/o la crónica)  a causa de los altos costos monetarios que el desarrollo de estos conlleva.
No obstante, sin importar cual sean las condiciones mediáticas y/o económicas en las que se ejecuta la labor periodística, esta no puede llegar a concebirse cómo una actividad marginal a la sociedad; ni tampoco, debe pensarse en la posibilidad de efectuar un replanteamiento de la labor social que históricamente ha desempeñado, puesto que “si el periodismo deja de ser impertinente y deja de plantear verdaderos problemas de sociedad y de denunciar, no esta cumpliendo su función”. Y no sólo eso, una deconstrucción periodística simbolizaría un transcendental retroceso humanístico y social, debido a que el periodismo es el elemento que permite “pulir y mejorar” la democracia en la medida que refleja las ambiciones de cambio que presenta la opinión pública.
Y esta es la situación actual en la que se encuentra Latinoamérica: una etapa de transición que presencia su punto más álgido en los niveles de organización, construcción y democratización. Por ello, Ramonet se atreve a enunciar  que tal vez este es el mejor momento en la historia de este sector continental, ya que “nunca América Latina había sido visto de manera tan positivo como hoy”; nunca se había intentado obtener una justicia en la comunicación tan fuerte en donde son algunos estados – en considerable desventaja - los que intentan hacer frente a los monopolios y “nunca se aproximó tanto a lo que llámanos la democratización de la información, que no es mejor porque no lo hacemos mejor, pero la posibilidad la tenemos (…) [porque ] tenemos que construir información de calidad … y este, es el momento de hacerlo”. 
 
Jhon Fredy Peña Martínez
Grupo 2 BD

No hay comentarios:

Publicar un comentario