Infinidad de filmes han abordado
la temática del holocausto Nazi, infinidad de sentimientos han despertado, pero
muy pocos han provocado en mí una amalgama compuesta por desprecio, terror,
compasión y odio. Es el caso de Noche y Niebla. Alain Resnais logró generar un
acercamiento al sufrimiento vivido en aquella época con tanta precisión que
hace sentir el horror de cerca, y el dolor aún más de cerca.
Mezclando la tranquilidad actual
de lo que alguna vez fue un campo de concentración con aquellos días donde
reinaba la muerte en el mismo espacio, se logra un impacto aún mayor. Es
también importante traer a colación el hecho de que nunca se profundiza en el
dolor individual, siempre recurren a la exposición de lugares donde se reunían
en colectivos, (he de referirme a momentos del material filmado a color, es
ejemplo el caso de las habitaciones donde dormían los prisioneros) haciendo
sentir al espectador no el dolor de unos cuantos, sino el dolor y el
sufrimiento de millones, millones de seres humanos, tan culpables como nadie,
tan sujetos a la nada.
Es fundamental el rol que juega
el material narrativo, la sensibilidad de cada frase, el sentimiento de cada
palabra, la poesía del terror disfrazada de compasión. El texto empleado en
Noche y Niebla es la línea que separa al filme del morbo, es el que logra
salvar y liberar las imágenes de archivo empleadas de esa atracción malsana y
el placer que pueden llegar a invadirnos por instinto.
No hubiese podido generarse ese
sentimiento de dolor, furia y compasión sin la fusión de los elementos a color,
las imágenes de archivo y el material narrativo. Alain Resnais ancló maravillosamente en 32
minutos la desilusión de la humanidad, lo inimaginable para quienes no
sufrieron tal infortunio, lo que fue y no debió ser, pero lo que debe
preservarse, lo que no puede ser olvidado, el pasado, ese terrible pasado.
Natalia Estefanía Lizarazo Farfán
Grupo 1 Diurno
Me pareció agradable leerte, la reflexión personal sobre el material muy bien construida.
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