martes, 18 de septiembre de 2012

“Ten tenkrát byl poslední, Motýli tady nezijí. V guettu” Pavel Friedmann


Realizado por Alain Resnaisen 1955 y partiendo del material audiovisual obtenido de los nazis, Noche y niebla compromete a la audiencia con una narrativa realmente multifacética, esto último puede mencionarse debido a su alto contraste entre lo irónico o sarcástico. Las imágenes o archivos audiovisuales presentados juegan simultáneamente con las piezas musicales, dándole un valor quizá confuso, pero no por ello impertinente al documental.

Ahora bien, si partimos de la pieza no sólo como un objeto audiovisual, sino también de su carácter histórico, podemos preguntarnos qué le deja al ser humano este tipo de representaciones de lo que fue el holocausto. Creo pertinente en un primer momento y con el fin de considerar este material algo realmente importante en la memoria, apropiarnos del papel que desempeñamos en el mundo, más específicamente apropiarnos de aquella realidad que nos hace evidente que somos un producto de la historia, y se quiera o no, la historia también abarca aquel terrible suceso.

Teniendo en cuenta que Noche y niebla puede considerarse un trabajo bien realizado y digno de ingresar al “archivo de las reivindicaciones” por tratarse del Shoá, ¿Qué hace diferente este material de otros? ¿Qué logra el material? Cada quién deberá responderse, porque son preguntas que debe responder la subjetividad, ésta no podrá ser neutral, ya que el holocausto cada quien lo siente e incluso todavía lo “vive” de manera diferente. En cuanto a mis respuestas, puedo decir que: 1. Reconozco la unicidad de la pieza, en cuanto a la originalidad y juego entre todos sus componentes, tanto el temático como el musical, el visual, pero considero el más relevante: el narrativo. 2. Es el holocausto un evento tan difícil y denso de comprender, que a modo personal considero todo acerca de él (representaciones), un “libro” de memorias y también olvidos.

Laura Leal Rueda
Grupo 1 (Martes y Miércoles)

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