domingo, 12 de agosto de 2012

“La regla general en Colombia es la impunidad”


Un documental más sobre el conflicto armado en Colombia mostrando  los mismos gestos de dolor en otros rostros. Un documental que como los demás, sigue escarbando, buscando la verdad, sacando la podredumbre al sol para que huela mal, incomode y sobretodo, indigne. ¿Y qué tanto se van a indignar nuestros honorables congresistas y jueces, qué tanto se indignará la gente que se sienta todas las noches a enriquecerse con realities y telenovelas? Desgraciadamente la indignación causada por éste tipo de documentos periodísticos, apenas llega a sentirse en los que han tenido la suerte de no conocer un dolor así. Sí, al parecer es una cuestión de suerte. Un par de marchas, un par de gases, y después lo mismo: la impunidad y el trapo en la boca. Pues bien, lo que pareciera estar generalizándose, y como lo muestra el documental, es el asesinato indiscriminado de civiles por parte de las Fuerza Militares –y con conocimiento del Gobierno- como una búsqueda desesperada de resultados que presentar a los dueños del letrero. Una cosa más para callar y acostumbrarse en Colombia: el asesinato deliberado de civiles a manos del Glorioso.

Desde inicios de los noventa, -antes de la redentora Seguridad Democrática-, la CIA y tanto el gobierno colombiano como el estadounidense, tenían conocimiento de ejecuciones extrajudiciales denominadas “síndrome del conteo de cuerpos”. Es decir, ésta situación vergonzosa y ridícula no es nueva en nuestras Fuerzas Militares, y nos muestra una vez más qué tan inhumano ha llegado a ser el conflicto colombiano: números que pueden comprar y vender por “alguito” más de un salario mínimo y unos cuántos gramos de perico. ¿Qué clase de conciencia podrían generar documentales como estos? Digo ¿nos queda algo de conciencia a nosotros los colombianos? ¿Acaso no pareciera que éste conflicto que bordea lo dantesco ya no nos permite diferenciar el bien y el mal? Personalmente considero que éste tipo de documentales nos lleva a repensar una vez más el significado del dolor dentro de la sociedad colombiana. Y más que eso obliga una pregunta que todo colombiano debería hacerse: ¿cuándo será que nuestra impotencia habrá de volverse vergüenza? Porque creo que aún no sabemos lo que en realidad es la vergüenza; porque creo que si lo supiéramos, dejaríamos a un lado ese mesianismo barato que esperamos del Señor Presidente. Porque tal vez cuando veamos la clase de sociedad a la que nos ha reducido éste conflicto, ahí, sólo entonces, quizá no sea tarde.

Laura Leal Rueda

1 comentario:

  1. Interesante reflexión personal sobre lo que significa el problema social de los falsos positivos.

    Nulo análisis audiovisual

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